Quiero reflejar algo que sucede en cada uno de los cursos, algo mágico. La facilitadora del encuentro habla y habla con naturalidad y espontaneidad, a veces en tono de humor, a veces con solemnidad, hasta que, de repente, dice ‘algo’ que hace que te vibre hasta la última molécula del cuerpo y que origina una onda expansiva que hace vibrar todo a tu alrededor y que se expande … hasta el infinito.

El curso de hoy ha sido intenso así que me he limitado a dejar entrar las palabras de Ana, a conectar con su voz y disfrutarlo. De todo lo escuchado me quedo con esta idea: una mujer se vale de la vía femenina como brújula para moverse en su día a día: Qué estoy haciendo, para quién, cómo, me gusta o no me gusta, a dónde me conduce …

Asistiendo a este curso he recuperado mi capacidad de sentirme en positivo ¡Qué maravilla! A la par que he ido descubriendo la esencia de lo femenino, más que mirar con los ojos, estoy aprendiendo a ver y actuar con el corazón.

En estos momentos para mi la opción más interesante del curso de Autoescucha es a través de Skype. Me lo pongo “modo podcast” .Ayer el sol entraba en la cocina, desayuné tranquilamente, me puse a arreglar la cocina y a hacer empanadillas caseras. Acompañada en todo momento de Ana Ávila... la verdad es que no eché nada de menos la versión presencial, al contrario, me emocioné en los momentos más álgidos, me reía.... sin necesidad de ver la pantalla. Me encantó!

Asistir a este curso renueva la conexión con tu cuerpo, tu compromiso con la vida y tu relación con la tierra. Descubres como vivir plenamente integrando conceptos sobre lo femenino, la alimentación, el ejercicio, la belleza o la sexualidad.

Acudir al curso de Autoescucha supone abrir las ventanas y que entre aire fresco. Todo cobra un sentido más amplio. Disfruto de cada sesión de una manera distinta, pero siempre con la sensación de renovarme.