
Equilibrio. Orden y Caos. Los sentidos
Los sentidos, tal y como los conocemos, son concebidos por el uso que el hombre ha hecho de ellos hasta el presente. Actualmente, y pese a todos los avances de la tecnología y de la ciencia, existe un gran desconocimiento de las interconexiones que existen entre el cerebro y los sentidos.
Sinergia y educación coherente
Al llegar a la edad adulta nuestros sentidos actúan de forma sinérgica sólo si han recibido una educación y formación coherentes. Quiere esto decir que no existen personas predominantemente auditivas, visuales o kinestésicas y, mucho menos, olfativas o instintivas. Cuando se manifiestan estas preferencias es porque la persona está anclada en alguna de las etapas del desarrollo humano y su sistema nervioso está por madurar.
El cerebro de una persona adulta (ha de haber madurado emocionalmente) registra, automáticamente, todos los datos de una situación, objeto o persona. Tradicionalmente a esta visión interior se la ha llamado intuición o tercer ojo y, en realidad, proviene de procesar los datos registrados de una manera global y eficiente. Nuestro cerebro recibe el olor, la textura, el tono de voz o temperatura y contrasta con la imagen que recibe.
Tener buen olfato
Dejarse guiar solo por el olor implica un retroceso evolutivo e implica un grado de confianza enorme. El olor nos guiaba cuando nos arrastrábamos por el suelo a cuatro patas y éramos incapaces de erguirnos y reconocernos por otros medios.
El registro oloroso es la manifestación del cuerpo a cuerpo, válido entre madres e hijos lactantes, animales y amantes.
El color de la voz
Se suele decir que cada voz tiene un color y una textura determinada y en el lenguaje musical es frecuente utilizar determinadas voces para conectar con determinadas audiencias, sobre todo en la radio y para doblar temas infantiles; ¿Por qué? Es evidente. El medio auditivo es propio de los ciegos emocionales: de los que no ven o no tienen definido su punto de vista. Los ciegos emocionales no saben leer el mensaje o la melodía que se esconde detrás de una voz, les basta con que les suene agradable. Les atrae el tono, no el mensaje.
Mas o menos vibración
El sonido empezó a servirnos de guía cuando empezamos a mirar a nuestro alrededor, pero no conocíamos el territorio; pero no sólo fue el sonido, fue la vibración y, con ella, el calor o frío interior que nos producía dicha frecuencia.
El sonido es el medio de comunicación ideal para ahorrar tiempo.
Los niños no ven ya que están inmersos en su propio mundo y no necesitan ver o pensar porque sus padres lo hacen por ellos. Les eligen la comida, la ropa, el colegio y, por tanto, también las compañías. Los niños reconocen a sus padres, hermanos, profesores y amigos a través de la voz y sólo alzan la mirada cuando algún sonido les resulta extraño buscando, automáticamente, el asesoramiento de una persona de confianza para que les confirme si es positivo o negativo ya que, por sí mismos, aún no han desarrollado la capacidad de discernir.
Todo lo natural vibra o emite sonidos
¿Cómo sabes que algo nuevo te va a gustar?
¿Cómo sabe un niño que algo o alguien nuevo es «bueno» para él, si no lo toca o lo huele, receptores ambos de lo nuevo?
Algo es nuevo o extraño cuando no lo tenemos registrado, cuando no hemos tenido antes contacto con ello. Para «conocer» algo no basta con haberlo visto, hay que haberlo tocado, olido o saboreado, ya que los sentidos del tacto, olfato y sabor son los encargados de registrar los nuevos elementos que añadimos a nuestra base de datos sensorial.
- Para conocer hay que tocar, oler, saborear, sentir y después ver…
- La vista, en algo completamente nuevo, no es eficaz para conocerlo pues sólo «reconoce».
«Nada reposa, todo se mueve, todo vibra…»
Una voz sugerente y amable puede engañar a un niño, al igual que unos colores llamativos.
Y los olores naturales, que nunca mienten, en la práctica se han inutilizado por la cantidad de estímulos olfativos que se mezclan en nuestra memoria; y si conseguimos limpiar nuestra memoria olfativa, la mayoría de los estímulos están camuflados bajo plásticos o perfumes artificiales por lo que la tarea de averiguar su identidad química se torna casi imposible.
El tacto se utiliza como sensor cuando la persona es sorda o ciega, física o emocionalmente hablando o, cuando el estímulo es nuevo y no tiene olor. En la práctica, el ser humano experimentado solo necesita ‘reconocer’ mediante el tacto, las cosas artificiales o mecánicas porque todo lo natural vibra o emite sonidos.
A simple vista
Toca lo justo
Las manos son como un escáner muy sofisticado. Por medio de ellas podemos extraer toda la información que necesitamos de un objeto. Su información va directa al cerebro ofreciéndonos una información clara, directa y sin interferencias.
Las manos nunca mienten. Hay que ser muy cuidadosos con ellas y extremar su higiene y, por esto mismo, sólo deberíamos tocar aquello que nos resulte interesante pues tienen un alto nivel de saturación y pueden llegar a bloquearse si entran continuamente en contacto con estímulos negativos dejando de ser efectivas. La sequedad y la humedad extremas las inutilizan.
El sonido es el medio más ecológico de percibir la realidad
El sonido o vibración es el medio preferido por el cuerpo para comunicarse.
Casi toda la información que recibimos nos llega por medio de vibraciones internas y sólo en caso de duda, necesitaremos ver o tocar. El sonido es el medio más ecológico de percibir la realidad que nos rodea sin tener que procesar conscientemente información no-necesaria. Cuando un estímulo determinado ya ha sido procesado por nuestro cerebro, queda registrado y nuestra memoria le adjudica un código, un registro al que podemos acceder desde diferentes campos o áreas de trabajo. Nuestra base de datos será más eficaz y el proceso de búsqueda más efectivo, en la medida que el uso de nuestros sentidos y, por tanto, de nuestra intención-atención sea mayor.
- La vista no interviene en el proceso de registro de datos y el proceso no se da por finalizado hasta que están registrados todos los parámetros que definen o limitan al estímulo en cuestión: vibración o sonido, olor y, en su caso, tacto o sabor.
- Si un estímulo (proveniente de un animal, vegetal, mineral, objeto o persona), no está debidamente registrado, no podremos acceder a él «desde el exterior», desde el lector óptico que son en realidad nuestros ojos y cuando el estímulo aparezca de nuevo, tendremos que volver a interiorizarlo-probarlo-registrarlo.
Código de barras para todo
Imaginemos un producto introducido en la base de datos de un ordenador de un supermercado. Para poder pasarlo por caja, y reconocer su código de barras, este ha tenido que ser definido, no sólo por su precio, sino por todas las características que lo distingan de los demás productos: nombre, tamaño, peso, etc. De esta manera, el supermercado conoce y registra las entradas y salidas de mercancía y puede reponer existencias continuamente.
De igual forma, un cuerpo bien programado, tiene un registro automatizado de todo lo que necesita para subsistir y lo reconoce a simple vista. Cuando lo echa de menos, se siente atraído por su olor, su sabor o su imagen, lo que primero llegue hasta él.
Solo reconoces lo ya registrado-visto
- Esta visión no sólo se proyecta en el exterior. Por ejemplo: cuando necesitamos un mineral determinado, nuestro cuerpo nos hace sentirnos atraídos por determinados alimentos y si no están a la vista, los trae a nuestra memoria y hace que los recordemos.
- Y si lo que echamos de menos es el abrazo o la emoción de un amor, acudirá a nuestra imaginación en forma de fantasía sexual más o menos explícita. Todas estas imágenes internas reflejan datos e información que registramos, en un momento dado, por medio del olor, sabor, tacto o sonido y, una vez dentro, quedan asignados y clasificados en forma de impronta visual.
Las ideas que recibes son análogas a imágenes visuales
Para renovar o actualizar un fichero determinado, hay que registrar de nuevo toda la información referente a él: olor, sabor, temperatura, color, sonido, etc. (Es como darle una nueva oportunidad o registro), y este proceso cambiará la imagen o idea, el concepto o etiqueta que le tenemos asignado.
La imagen no sirve como instrumento de comunicación fidedigna a no ser que su significado sea compartido. Cada persona ve aquello que puede ver, según su edad y formación cultural y, ante una misma imagen, cada persona reaccionará según su propia experiencia. Al final, a la hora de interactuar, no es la imagen lo que cuenta, sino el uso que hacemos de ella individualmente.
Prisioneros de la imagen
En lo personal, el «concepto de imagen» va unido al mutismo, a la falta de expresión y de movimiento y a la limitación evolutiva. Mantener una imagen concreta y fija, en forma inconsciente, implica falta de libertad y creatividad y si se utiliza para crear un efecto visual o emocional se considera una máscara o disfraz, incluso un perfil profesional, pero no una imagen personal.
Adicional a los cinco sentidos tradicionales, diversos teóricos sostienen
que existen muchos sentidos más:
Comezón
Es el sentido que permite percibir hormigueo o irritación de la piel, sensación que provoca el deseo de rascarse en el área afectada. El estímulo proviene desde el interior del cuerpo humano.
Propiocepción
Es la capacidad de percibir estímulos que surgen dentro del cuerpo con respecto a su posición, movimiento y equilibrio, además de regular la dirección y rango de movimiento.
Magnetorrecepción
Es la capacidad de detectar la dirección y sentido del campo magnético en el que se encuentran, obteniendo así información sobre el sentido y latitud. Los seres humanos tienen depósitos de materiales magnéticos en el hueso etmoides de la nariz, y hay indicios de una cierta capacidad de magnetorrecepción.
Termocepción
Es el medio por el cual percibimos la temperatura del ambiente, pues la piel posee dos tipos de receptores, uno para frío/menta y otro para calor/picante.
Dolor
Es la capacidad de un cuerpo para detectar el daño potencial, es decir, la codificación y el procesamiento de estímulos nocivos en el sistema nervioso. Se divide en 3 tipos: el dolor de los órganos, en los huesos y en la piel.
Equilibriocepción (sentido del equilibrio)
Les permite a humanos y animales caminar sin caerse. Algunos animales son mejores en esto que los humanos; por ejemplo: los gatos, que pueden caminar sobre una valla finísima usando su oído interno y cola para equilibrarse.
Hambre
Todos los seres humanos nacemos con un sentido innato del hambre. Un bebé llora incesantemente si tiene hambre y deja de hacerlo una vez que está satisfecho. Desde el primer día de nacidos, los seres humanos utilizamos este sentido todo el tiempo, toda la vida.
Sed
La necesidad de beber líquidos es un instinto natural del ser humano. La sed sirve como un recordatorio automático para continuar con vida y, por lo tanto, desempeña un papel crucial en el que nos mantiene vivos.
Estiramiento
Los receptores de estiramiento son mecanorreceptores de respuesta a la distensión de diversos órganos y músculos. Su efecto podemos percibirlo cuando comemos y tenemos “la panza llena” o cuando nuestros pulmones se llenan de aire.
Quimiorreceptores
Los principales sentidos que son dependientes de los quimiorreceptores en los seres humanos son gusto y olfato. Permiten al cuerpo humano “defenderse” de potenciales peligros a través del vómito en una intoxicación o con una sofocación cuando hay algún agente que afecta al sistema respiratorio.
Tiempo
Está relacionado a lo que los diversos sentidos comunican a cada uno sobre el mundo externo. Sin embargo, los seres humanos procesan de manera diferente el sentido del tiempo. Un minuto en la silla del dentista puede parecer eterno y una hora junto a una bella mujer puede representar muy poco tiempo para un enamorado.
Kinestesia
Son las sensaciones que se transmiten desde todos los puntos del cuerpo al sistema nervioso. Se refiere principalmente a la percepción del movimiento y nos ayuda a captar el equilibrio, el espacio y el tiempo.
Sinestesia
Se refiere a la percepción de olores cuando se escucha música o se dice una palabra, o hasta oler y encontrar sabor a los colores. Es decir, es la percepción conjunta o interferencia de varios tipos de sensaciones de diferentes sentidos en un mismo acto perceptivo.
«Amazonas» va de cómo los humanos adquirimos la conciencia de género y de cómo superar los problemas que la diferenciación genérica ha generado en las personas. Para su mejor integración es recomendable descargar en primer lugar «Ser Mujer» y «Ser Pareja Hoy».