Lucha por el Espacio. Concepto de Guerra y de Género amazonas

Lucha por el Espacio. Concepto de Guerra y de Género

Aquí comienza la parte 1 de Mundo Externo  (la segunda parte de «Amazonas») titulada ‘La lucha por el Espacio’ donde exploramos las consignas que nos han convertido en humanos: los conceptos de Guerra y de Género. Concepto de Seducción, Tiempo libre y Amor.

Revisemos, a la luz de todo lo aprendido hasta aquí, las relaciones que conforman el panorama sociocultural de nuestra civilización SABEDORES de que, todo desequilibrio o desorden que se manifiesta en el exterior refleja el desequilibrio emocional interno.

Haz el amor y no la guerra

Cuando dos personas adultas coinciden en un mismo espacio, solo pueden ocurrir dos cosas: que sus fuerzas se compensen o se equilibren. Todo dependerá del tiempo o edad evolutiva que cada una de ellas tenga. Dicho de otra forma, que hagan el amor o la guerra.

Hay que tener en cuenta que no estamos hablando del tiempo cronológico o edad, que determina nuestras funciones biológicas, sino del tiempo grupal, determinado por nuestra edad sociocultural. Si el tiempo grupal-cultural es similar, se dará el equilibrio entre ambas personas y la relación será pacífica. Por el contrario, si su cultura, (hábitos y costumbres), son diferentes, la convivencia será más difícil y el de mayor edad evolutiva, compensará las deficiencias del menos evolucionado.

Esto es así siempre que él espacio sea elegido libremente, los dos tengan el mismo sexo y ambos sean adultos. Cuando él más fuerte o inteligente no está dispuesto a compensar las carencias del más débil, comienza la guerra, la lucha por el espacio. La paz solo vendrá si, el de menor edad cultural, equilibra sus fuerzas con el de mayor evolución. O si es expulsado.

En la Naturaleza prevalece el instinto

En la naturaleza, no existe el concepto de guerra o lucha por el espacio ya que las especies se autorregulan instintivamente. Cuando un león mata a una cebra no es un acto de agresión o de guerra, es la ley de la naturaleza preservando su equilibrio. Cuando dos ciervos chocan sus cornamentas para liderar un grupo o montar una hembra, están eligiendo los mejores genes para la evolución de su grupo. Y cuando dos carroñeros compiten por los restos de un cadáver, están ejecutando el orden en la jerarquía nutricional: primero come el más fuerte y los restos son para el pequeño y débil. Esto es lo lógico, ya que el mayor consume más y si el alimento escasea, perecerán primero los más débiles.

No hay drama, no hay dolor, es el ciclo vital de la Naturaleza en el que las distintas especies coexisten en una “pacífica” armonía.

Concepto de guerra

El concepto de guerra,  en los humanos, está asociado a los desequilibrios que las diferencias socioculturales originan. Las guerras son heridas abiertas que no cicatrizan, producidas cuando unos pueblos fueron conquistados por otros pueblos y no supieron defenderse o integrarse, asumiendo la nueva situación de pueblo conquistado.

Los pueblos conquistadores no sólo se llevan riquezas y violan a las mujeres, también comparten su evolución con los pueblos colonizados que, en esta forma, evolucionan con más rapidez. No es el pueblo conquistador o colonizador el que determina el tiempo o la duración de su estancia en el pueblo sometido, ya que es el propio pueblo colonizado el que, por medio de su desarrollo y avance sociocultural, hará innecesaria su presencia. Al equilibrar sus fuerzas, el pueblo conquistador se diluye y desaparece, por lo que se hace innecesaria la «reconquista».

La paz siempre mira al futuro

Las guerras son perpetuadas por personas que miran al pasado y no aceptan los intercambios culturales que la historia nos ofrece, una y otra vez. Estas personas y pueblos permanecen sumidos en una falsa desesperación permitiendo a sus propios dirigentes que abusen de ellos y prefieren vivir en la miseria o huir, antes que plantar cara y arriesgar sus vidas en aras de una vida más digna.

La pobreza y el hambre son el reflejo de la ignorancia y la mala distribución del poder y las migraciones descontroladas responden al abandono, a la falta de responsabilidad y de lucha por la mejora de la propia tierra, a la renuncia y la vergüenza de la propia idiosincrasia. Y es obligación de los pueblos que reciben a estos emigrantes ‘descontrolados’, repatriarlos y controlar su evolución durante el tiempo que permanecen dentro de sus fronteras.

Pobreza conceptual

Para que desaparezcan estas actitudes hay que erradicar el concepto de pobre conceptual. Los pobres conceptuales se avergüenzan de ser pobres, se esconden y alargan la mano para pedir, haciendo responsable al rico y poderoso de sus miserias. La única escapatoria para salir de este concepto de pobreza radica en permanecer firmes y presentes, resistiendo las distintas revoluciones hasta que la estabilidad llegue. Es cuestión de tiempo.

Límites y globalidad

Hemos hablado de conquista, colonización, migración y repatriación, todos ellos conceptos asociados al uso de fronteras políticas, pues hace ya mucho tiempo que el hombre dejó de estar limitado por las barreras geográficas.

Los medios de transporte y comunicación, cada vez más sofisticados, nos han permitido contemplar el mundo en toda su globalidad y extensión, pero una cosa es contemplarlo y otra muy diferente comprender lo que se contempla, saber cómo ha llegado a ser, a manifestar todas sus peculiaridades, diferencias y similitudes. Para la comprensión se necesita el aprendizaje, la experiencia, la práctica, el estudio de primera mano, no las versiones adulteradas o dramatizadas que nos ofrecen la mayoría de los medios de comunicación.

Tenemos que extraer nuestra propia versión de la historia, de la vida y esto solo se consigue viviendo.

Concepto de Género

Cuando las dos personas adultas que comparten el mismo espacio son de sexo diferente, la lucha por el espacio no es diferente a la que se establece entre miembros del mismo sexo. Hace ya mucho tiempo que un hombre y una mujer dejaron de ser sólo un macho y una hembra, aunque podría comprobarse como dos cuerpos desnudos, bien alimentados, descansados y juntos en la oscuridad, no tardaran mucho en comunicarse por medio del instinto o deseo sexual, al igual que sucedía en las cuevas del Paleolítico.

concepto de género amazonas

Ya vestidos y fuera de las cavernas, un hombre y una mujer reflejaran las mismas diferencias o similitudes del clan o grupo social al que pertenezcan y, por tanto, si sus tiempos biológicos no coinciden con sus tiempos culturales, hábitos y costumbres, la convivencia, será problemática. Aquí habría ya que empezar a distinguir las leyes que rigen la atracción y relación sexual, momentánea en el tiempo, de las normas de convivencia familiar o social desarrolladas para preservar el fruto de esa relación (los hijos) hasta que madure y pueda evolucionar por sí mismo.

Polaridad sexual

Cuando un hombre y una mujer se hacen adultos, se polarizan sexualmente y su género sexual se manifestará en todos los ámbitos de su persona y teñirá de sexualidad todo lo que toquen: El hombre marcará su espacio por donde vaya, con su mirada o con sus manos. Y la mujer manifestará su ritmo, su tiempo, al son de sus caderas o con el timbre de su voz. Estas cualidades son biológicas y se desarrollan al margen del contexto cultural en el que la persona esté inmersa, aunque, una educación adecuada, hará que su manifestación sea coherente con el entorno.

El intercambio sexual  fue creado por la naturaleza para dotar de un ritmo de evolución más acelerado a las especies más jóvenes del planeta. El instinto sexual apareció en los humanos mucho antes de que fuéramos capaces de hablar o comunicarnos conscientemente y, con él, la especie se aseguraba que la información recogida en nuestros genes y manifestada en cada grupo o individuo por medio de su olor característico, fuera compartida con grupos o individuos afines genéticamente.

Ecosistemas y reproducción

Por medio del celo, el macho se sentía atraído por una hembra de su especie y el celo o ritmo reproductivo de cada especie estaba regulado por el ritmo del ecosistema al que pertenecía.

  • Algunas especies oscilan sus ritmos reproductivos en función del espacio, de la comida de la que disponen y sólo se reproducen cuando las condiciones les son favorables.
  • Otros no disponen de ese mecanismo y se regulan por medio de la mortandad en el número de sus crías. En épocas buenas se multiplican y en épocas de sequía o carencias importantes el número de cachorros disminuye al máximo.
  • Otras especies regulan su número a través de las plagas, cuando sobrepasan el número permitido para su especie por el ecosistema se debilitan, contraen virus y mueren por millares. Esta es la vía de regulación para las especies adultas.
Llamamos especies adultas a aquellas que ya gozan de cierta estabilidad en el ecosistema. Las que no dependen del clima para evolucionar, sino que evolucionan con él.

Instinto sexual

Hasta la aparición de la civilización, consecuencia directa de la aparición del habla y, por tanto, de la comunicación consciente, el instinto sexual fue el encargado de regularnos durante millones de años.

La hembra humana ovula una vez al mes y si está atenta a sus ritmos podrá observar que, esos días, está más predispuesta al apareamiento físico o sexual. Durante mucho tiempo, este ritmo fue seguido inconscientemente y la hembra quedaba embarazada nueve meses durante los cuales no necesitaba un compañero sexual, pues no ovulaba y durante el tiempo que duraba la lactancia tampoco. Se establecía así un tiempo entre cría y cría de más o menos dieciocho meses.

El bebé, a partir de los nueve meses y coincidiendo con la aparición de los primeros dientes, comenzaba ya a dar sus primeros pasos y la hembra quedaba disponible para un nuevo embarazo. Si el espacio del que disponía el clan o tribu familiar era fértil y el clima les favorecía, disponían de alimentos en abundancia, por lo que el grupo se multiplicaba y expansionaba por las tierras de alrededor. Por el contrario, si el clima y con él los alimentos, no eran favorables, el número de crías que sobrevivía hasta llegar a la edad adulta era mínimo, pudiendo llegar a la extinción del clan, tribu e incluso en casos extremos toda una especie.

Poseerás la tierra

Los sitios más fértiles fueron desde el principio los más codiciados, originándose, desde el principio, luchas feroces por el control de las tierras y del alimento que en ellas se producía. El hombre tuvo que establecer códigos de conducta y alianzas para protegerse de los grupos que venían migrando de otras tierras en busca de alimentos. Está comprobado que la necesidad nos hace violentos y que cuando el estómago está lleno somos mucho más pacíficos. También está comprobado que el hombre satisfecho no teme a la soledad y que fue el miedo lo que motivó los asentamientos numerosos, formados por miembros de diferentes clanes o familias.

Así comenzó el germen de toda civilización, conocida o por conocer. Entendiendo por civilización la mezcla de distintas culturas, clanes o familias en una sociedad homogeneizada.

Primeras migraciones

Cuando el grupo se hacía demasiado numeroso y no había suficientes alimentos en la zona para todos, los miembros más jóvenes se marchaban en busca de nuevos territorios y alimentos pues los adultos más fuertes, les hacían la vida imposible. Durante generaciones, no hubo problemas de luchas por el espacio y mientras hubo tierras fértiles por colonizar, el hombre se expandió y creció como especie. Por medio de la observación y respetando los ritmos de la naturaleza, el hombre se mantuvo, durante millones de años, en equilibrio con la naturaleza. Con el paso del tiempo, La civilización extrema, (el uso de las ciudades sin control), trajo consigo el alejamiento y la ignorancia de estas leyes o ritmos que han condicionado nuestra formación y desarrollo como especie: la especie humana.

Civilización frente a instinto

La atracción sexual en los humanos civilizados está regulada por códigos diferentes a los códigos instintivos que nos regularon durante millones de años. La natalidad, en el ser humano civilizado, no está regulada por el instinto, como en los animales. En cuanto humanos, fuimos liberados del celo para que pudiéramos ajustar nuestra sexualidad y nuestra reproducción a las necesidades evolutivas personales. Estamos dotados de una temporalidad, de una conciencia individual que nos permite ajustar la reproducción a los límites cambiantes de nuestra civilización y cultura.

Conciencia de futuro

En la naturaleza, los animales evolucionan por especies y se regulan también en grupo. Su autorregulación depende de los cambios climáticos y alimenticios. En la medida que el hombre ha ido evolucionando, ha desarrollado la capacidad de observar la complejidad de su especie y prole. Dotado de inteligencia superior o conciencia de futuro, ha aprendido a poner límite en el número de hijos, comprendiendo que no es la cantidad, sino la calidad en el desarrollo de sus hijos, lo que determinará la evolución y futura estabilidad de su especie.

mano con pulgar hacia arriba

«Amazonas» va de cómo los humanos adquirimos la conciencia de género y de cómo superar los problemas que la diferenciación genérica ha generado en las personas. Para su mejor integración es recomendable descargar en primer lugar «Ser Mujer» y «Ser Pareja Hoy».

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