Hola Mujer Consciente…
Llevo unos días archivando procesos con vistas al cierre por vacaciones de verano, y me llama la atención que, a cada poco, según me detengo a valorar ciertas actitudes, se activa el tema musical. Proud mary. La primera vez, no di con el mensaje de fondo y me quedé con el ritmo sin más, pero cuando hubo una segunda, y una tercera… ¡Vi el mensaje con claridad! que, en esta ocasión, tiene que ver con el título y la palabra ‘Proud’, orgullo en español. (tuve que buscar la historia de la canción para poder dar con la clave que buscaba).
Gracias a este mensaje de mi ‘Asistente’ particular, he podido apreciar un matiz que, es más que probable, sea la punta de lanza de cara al próximo otoño. Y no es que el tema me indique algo que no haya visto desde el inicio del proceso. El orgullo estaba ahí presente, pero hasta ahora no había llegado el momento de enfocarlo y superarlo. Y esto es lo que el tema musical me está recordando…
Si también existe el orgullo espiritual.
En todo proceso de superación personal que se precie, el sentido de la importancia personal, u orgullo, es uno de los valores a restablecer para que el proceso fluya a buen ritmo.
Para acceder a la conciencia del nosotros o conciencia trascendente toda persona precisa la desidentificación de la propia imagen o personalidad. El culto a la imagen y a la importancia personal, tanto en los llamados intereses materiales, como en los espirituales, alimenta el mundo de las creencias y es causa de muerte interior (Imago = cadáver/reflejo).
El sentido de la Sencillez
La importancia personal potencia la incapacidad de apreciar la pequeñez de la personalidad frente a lo verdaderamente esencial. Es propia de personas que se consideran mejores que los demás y por ello, piensan que no necesitan ayuda. Vive enmascarada muchas veces en: prepotencia, desprecio, clasismo, seguridad en sí mismo, impaciencia, etc.
Me siento orgullos@ de—
Por un lado, nos dicen que sentirse orgulloso es algo ¿natural? Por otro, nos acusan de ser ‘orgullosos’ cuando mostramos nuestros logros. Incluso ‘algunos’ se sienten heridos o molestos por nuestra excelencia. ¿Qué debemos de pensar o creer? ¿Es el orgullo algo positivo o es algo negativo?
Considera la fuente
A este respecto, hoy mismo he leído una historia que me ha recordado que nada es verdad ni mentira. Todo tiene que ver con el ‘color’ que se mira.
“Una persona me dio el consejo más profundo que había recibido en ese momento: _ Considere la fuente_ Me cambió la vida porque me hizo darme cuenta de que cuando la gente habla de ti, no siempre es un reflejo de ti, sino de ellos. Entonces, en este momento, cuando mi jefe me llamaba tacaño, me vino a la mente esta cita simple pero profunda. Considere la fuente.”
¿Verdad o mentira? Todo depende del cristal con que se mire
Y vaya que es una recomendación excelente para aplicar, especialmente, cuando alguien te da su valoración o te critica sin tú haberle dado pie para ello. Incluso si le has dado pie y estás abierto a valoraciones y críticas, si conoces la fuente (la persona o medio), de dónde provienen, verás que tienen que ver más con su propia experiencia que con la tuya. SOBRE todo, si te hacen sentir mal.
Esta actitud ayuda a no reaccionar a la defensiva y mantener abierto el diálogo, dejando las emociones fuera.
¿Tiene el orgullo lugar en una vida consciente? ¿Existe el orgullo noble como algunas fuentes alegan?
Origen de la palabra: (germ. urgoli.)
m. Exceso de estimación de sí mismo y de sus propios méritos, por el cual se cree uno superior a los demás.
Sentimiento legítimo de la propia estimación, nacido de causas nobles.
¿Quién no se ha sentido ‘orgulloso’ de sacar buenas notas en un examen?
Si no eras de sacar buenas notas, piensa en alguna otra cosa de la que te hayas sentido o te sientas orgulloso. ¿Tu figura, ahora que adelgazaste? ¿Tu nueva casa, coche, etc.? ¿Tu estatus laboral? ¿Te daría igual cambiar ‘orgulloso’ por contento, satisfecho, feliz? ¿Si no se lo pudieras contar o enseñar a nadie te sentirías igual?
Recuerdo cuando enseñé a mis hijas a ‘no mostrarse orgullosas’ de sus notas. Ellas que sacaban matrícula de honor a menudo y pocas veces bajaban de un 8 o 9, siendo la norma el 10. Fue entonces cuando empecé a tomar conciencia de lo que implicaba el mostrarse orgulloso, de dónde nacía y que era mejor no cultivar dicha actitud. Ni poco, ni mucho. Nada en absoluto. Hasta el punto de prestar atención a mi diálogo interior para ver cuando se activa dicha palabra.
- De las notas, que fue lo más difícil, dada su edad y contexto, fuimos pasando a otros aspectos, de los que podíamos sentirnos contentas, felices, afortunadas.
Mide tus éxitos y fracasos en tu interior y no por lo que los demás puedan pensar
Lo de no cultivar ni apreciar el orgullo, ni siquiera en su versión noble, es fácil cuando no lo consideras un bien necesario en tu vida. Cuando sabes que es un patrón negativo heredado o fomentado por personas o situaciones en las que, ser el MEJOR o el que más tiene, era garantía de ser aceptado, premiado, alabado, etc. Personas que son medidas por sus éxitos y fracasos y no por el valor que se conceden ellas mismas en su fuero interno. Total, que me di cuenta de que el orgullo, el sentirse orgulloso, genera dependencia de los demás.
Y ahora un poco de Wikipedia para redondear el tema:
Soberbia u orgullo
Genéricamente se define como la sobrevaloración del Yo respecto de otros por superar, alcanzar o superponerse a un obstáculo, situación o bien en alcanzar un estatus elevado e infravalorar al contexto. También se puede definir la soberbia como la creencia de que todo lo que uno hace o dice es superior, y que se es capaz de superar todo lo que digan o hagan los demás. También se puede tomar la soberbia como la confianza exclusiva en las cosas vanas y vacías (vanidad) y en la opinión de uno mismo exaltada a un nivel crítico y desmesurado (prepotencia).
Soberbia (del latín superbia) y orgullo (del francés orgueil),
son propiamente sinónimos aun cuando coloquialmente se les atribuye connotaciones particulares cuyos matices las diferencian. Otros sinónimos son: altivez, arrogancia, vanidad, etc. Como antónimos tenemos: humildad, modestia, sencillez, etc.
- El principal matiz que las distingue está en que el orgullo es disimulable, e incluso apreciado, cuando surge de causas nobles o virtudes. Mientras que a la soberbia se la concreta con el deseo de ser preferido a otros, basándose en la satisfacción de la propia vanidad, del Yo o ego. Por ejemplo, una persona Soberbia jamás se “rebajaría” a pedir perdón, o ayuda, etc.