
Ritmos afectivos. Amistad. Mundo Interno 5
Ritmos afectivos familiares son aquellos que restablecen nuestro equilibrio emocional de una manera natural, garantizándonos el estado de salud necesario para enfrentarnos, día a día, a las demandas del mundo exterior. Estos ritmos vienen dados por las figuras o funciones arquetípicas que, a modo de roles, han ido configurando de manera natural el desarrollo de la mente humana.
Los principales ritmos internos o familiares son:
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Amistad
Empecemos por la amistad o concepto de hermandad. La amistad «nace» cuando confluyen diferentes tiempos o edades en un espacio común, no elegido libremente. Va siempre ligada a la noción de aprendizaje e integración. Es el primer rol o función arquetípica que se configura en la mente humana y está diseñado para equilibrar carencias o necesidades relativas.
La amistad es un filtro
La programación inicial de un ser humano se produce en el embarazo y a una amistad se le pide básicamente lo mismo que el feto le pide a la placenta, que actúe de filtro. Cuando nos sentimos amistosos con alguien significa que su punto de vista, su opinión o su función, nos atrae. Nos motiva conversar con esa persona, jugar con ese objeto, leer esa novela, escuchar o ver ese programa, etc., ya que una persona, un libro, un objeto, animal o cosa, reflejan un ritmo o tiempo determinado.
Durante el tiempo que dura la atracción ese tiempo está interactuando con el nuestro, y cuando ya tenemos bastante, comienza el aburrimiento. Si no lo dejamos en ese momento, la atracción se convierte en repulsión. La amistad nos revela nuevos significados y órdenes, aquellos que, precisamente, necesitamos. Cuando en una familia los distintos hermanos no son amigos, significa que no fueron educados para compartir sus puntos de vista, sus juguetes, sus libros, su habitación, su madre, etc. La base de una auténtica amistad se basa, precisamente, en saber compartir. Cada tiempo o edad, conlleva unas determinadas necesidades y, por tanto, una mirada o puntos de vista diferentes. Cuando se comparte cada uno pone o expone lo que piensa o tiene y cada uno, toma lo que necesita.
Características de la amistad
Las características que definen una auténtica amistad son: sinceridad y libertad absolutas. No hay exclusividad. Ausencia de atracción sexual. Ausencia de interés económico. Transcurre en periodos de aprendizaje. Comparte un espacio común, elegido sin libertad o conciencia de ella. Respeta el tiempo personal. Consume tiempo.
Trabajo y amistad
Los compañeros de trabajo no son amigos, son diferentes tiempos o experiencias reguladas por contrato económico. El espacio laboral no es común, pertenece a la empresa, ella compra el tiempo de sus trabajadores y pone a su servicio un espacio para que lo ejecuten. La amistad en horas laborables es un mal hábito que acarrea pérdidas de función laboral ya que el tiempo de trabajo pertenece a la empresa y la amistad compensa carencias personales. El instituto o universidad no deben de considerarse un espacio común para la amistad, sino como un acceso más largo hacia un mundo laboral especializado y las reglas que los rigen son las mismas que para el trabajo. Si te interesan las expresiones de amistad mejor, fuera del horario laboral.
Escuela y amistad
La escuela, donde cursamos la enseñanza obligatoria, si reúne las condiciones de espacio para realizar actividades amistosas, puesto que no somos libres de dejarla cuando nos apetece. En realidad, se podría considerar un anexo al hogar familiar pues, en la medida que los ritmos sociales se han ido complicando, el tiempo de la escuela ha ido sustituyendo en mayor medida al de casa. En la práctica, los dos cumplen la misma función, educarnos para una mejor integración al mundo de los adultos.
Espacio y amistad
La amistad es una vía de aprendizaje directo. Nos permite intercambiar diferentes tiempos para encontrar nuevas opciones o vías dentro de un mismo espacio, impidiendo así que aparezca el mortal aburrimiento. La amistad es un invento humano fruto de la civilización. Es una consecuencia del uso antinatural que hacemos de los espacios. En la naturaleza, no existe la amistad propiamente dicha. La relación que diferentes especies mantienen con su espacio o hábitat está regida por el instinto y los ciclos climáticos. No matan por odio sino para comer y no se aparean por amor, sino por instinto, siempre para reproducirse.
Las relaciones entre las diferentes especies están clasificadas según sus cualidades, simbióticas, parasitarias, etc., y, dentro de una misma especie, sólo los mamíferos, y sólo durante el periodo de cría, juegan y comparten un mismo espacio y a la madre, pero, todos ellos son de la misma camada por lo que es como jugar con un espejo. Las aves, antes de volar, también comparten el nido, aunque no interactúan entre ellas como los cachorros mamíferos ya que estos, al crecer, abandonan sus juegos y comienzan a funcionar con el instinto propio de los adultos de su especie.
A más espacio personal menos necesidad de amigos
Dentro de cada especie, el uso que se hace del espacio está determinado por el lugar que ocupa dentro de la cadena evolutiva o alimenticia. Las especies depredadoras que disponen de más espacio y, por tanto, de mayor libertad, son menos amistosas. Entre ellas se regulan a través de sus ritmos sexuales. Se diferencian entre machos y hembras. Fuertes o débiles. Los animales domésticos son una excepción, ocupan un espacio en el hogar, granja o zoológico y sus actos ya no están regidos por el instinto de su especie, por lo tanto, se convierten en una proyección de las necesidades de su amo.
Amistades en el tiempo
Las amistades mantenidas fuera del espacio en el que se originaron acarrean pérdidas de tiempo. Los amigos no se buscan, se encuentran. La vida te los ofrece justo cuando los necesitas y se los lleva cuando su amistad deja de tener sentido. La amistad es la manera más inteligente que la vida ha encontrado para compensar la falta de libertad. Tenemos amigos porque reflejan una parte de nuestras necesidades no cubiertas. No decimos «soy un amigo» sino «tengo un amigo». El verbo tener refleja posesión o pertenencia. El amigo nos pertenece porque forma parte de nuestro interior, es una carencia de nuestra personalidad proyectada en su persona. Cuanto mayor es la falta de libertad, más grande es la amistad que produce y puede llegar incluso a originar dependencias en el tiempo. Deja de convertirse en un medio para un fin y se convierte en el fin mismo.
Los amigos nos fijan en el tiempo
Las amistades tienen un propósito: mantenernos fijados y equilibrados en una etapa determinada
Los gustos y aficiones que compartimos con un amigo pertenecen a un espacio determinado. Si el espacio donde nos movemos cambia, los gustos, aficiones y el grado de amistad también cambiaran. Es lo lógico. Llamar amigo a alguien que no has visto ni oído desde hace tiempo es una incoherencia. La amistad auténtica siempre se origina en espacios compartidos. Dos amigos que dejan de compartir el espacio que originó su amistad y siguen comunicándose, están manteniendo una parte de su vida en el pasado. Las personas que mantienen su amistad en el tiempo mediante, cartas, teléfono, etc., y no en el espacio, es porque tratan de mantener vivo el tiempo que compartieron. Hay amigos que incluso viajan de vez en cuando para visitarse con la única intención de hablar del tiempo que compartieron en el pasado. Se recrean una y otra vez; y de eso se trata, de escapar de un presente que no les satisface plenamente.
Mirar al pasado tiene la misma finalidad que los recreos para los niños (nos ayuda a cambiar de etapa y nos permite cubrir carencias alimenticias), nos permite volver a tiempos más felices y recuperar un tiempo que nos aportó algún nutriente básico para el alma (psique o mente). Si estamos constantemente reviviendo una amistad cuando ya no se produce el motivo que la originó, producirá el efecto contrario es nuestras vidas, nos restará tiempo, salud, energía, efectos típicos de la enemistad.
La amistad es propia de niños o etapas de aprendizaje emocional
Esto altera la percepción del tiempo y cuando vuelves a tu vida cotidiana tardas un tiempo en ajustar de nuevo tus valores por lo que es un proceso que no se puede hacer todos los días, ya que ocasiona un gran desgaste energético-emocional. Cambian los gustos, los sabores, la manera de actuar, hasta la de hablar; es en verdad un proceso digno de observarse. Para que una amistad se mantenga actualizada, es decir, que nos acompañe en el tiempo, exige el cumplimiento de las características descritas anteriormente. Estas características son las que definen de manera clara las necesidades y rasgos de la etapa de niño en la especie humana, necesitado de anclajes físicos y emocionales durante su crecimiento. Queda claro que la amistad es cosa de niños o de adultos viviendo una etapa de aprendizaje emocional.
La auténtica amistad vive en el interior
Cuando una persona se hace adulta y evoluciona sólo tiene una manera de conservar a los amigos sin alterar el orden de la naturaleza: manteniendo su recuerdo vivo en el interior. Cada uno de nosotros tenemos grabados en nuestro interior todos los momentos felices de nuestra vida. Los más plenos y significativos y, si necesitamos de ellos, afloran, automáticamente, a nuestra memoria. Si estamos atentos, basta con rememorar los momentos de felicidad vividos y el programa se ejecutará de nuevo. Para eso, tenemos que haber realizado el trabajo previo de archivar esa amistad adecuadamente. Estos recuerdos pueden surgir durante un sueño, en una conversación inconsciente o esconderse detrás de un parecido físico, en realidad están ahí en nuestro corazón, siempre han estado ahí. ¡Los amigos solo les dieron vida durante un tiempo!
¿Cómo se archiva una amistad?
Las diferentes etapas de la vida están marcadas por los espacios en que se desenvuelve nuestro tiempo. Pequeños cambios de espacio se corresponden con pequeñas etapas y grandes cambios de espacio marcan las grandes etapas de nuestra vida. Podemos observarlo fijándonos en los cambios de espacio que hacemos durante un día, incluso cuando vamos al aseo. Los cambios que hacemos semanales con los traslados de fin de semana, los aseos especiales o cambios vacacionales. Y los grandes cambios originados por cambios de colegio, trabajo, vivienda o ciudad.
La importancia de cerrar etapa
Cuando cambiamos de espacio tenemos que cerrar etapa y es muy importante saber qué queremos conservar y qué queremos dejar atrás y siempre hay que hacer recuento de los momentos vividos, valorando los positivos y desechando los negativos. Después nuestra mente archivará el mensaje de ese tiempo y mandará a la papelera lo que sobre.
Si no estamos seguros de lo que queremos guardar se nos acumulará la «basura» originándose confusión emocional. Cuando afloran a nuestra memoria recuerdos negativos representados por determinadas personas significa que, en su momento, no hicimos la valoración adecuada. No estamos en paz con ellas por lo que hay que revisar la situación o tiempo que compartimos con esa persona y archivarlo correctamente, actualizándolo.
«Amazonas» va de cómo los humanos adquirimos la conciencia de género y de cómo superar los problemas que la diferenciación genérica ha generado en las personas. Para su mejor integración es recomendable descargar en primer lugar «Ser Mujer» y «Ser Pareja Hoy».